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¿Cuáles son las principales funciones de un productor de música?

Hoy en día aún hay mucha gente que no tiene claro qué es lo que hace un productor de música. Es más, es posible que haya personas que lo confundan con el productor ejecutivo de una productora, que es el que pone el dinero para sacar adelante un proyecto musical. Para aclarar todo esto, os traemos un artículo en el que pretendemos despejar cualquier duda sobre cuáles son las verdaderas funciones de un productor musical.

PREPRODUCCIÓN

Esta es la primera etapa a la hora de producir una canción. Puede sonar extraño, pero si no se define bien lo que queremos en esta fase, es posible que en etapas posteriores ya sea muy complejo realizar ciertos cambios. Esto se debe a que es la base de la canción.

En la preproducción se plasma la composición del tema de manera sencilla, sin añadir efectos o grabaciones. La idea es crear la estructura base sobre la que iremos construyendo. Aquí se tendrán en cuenta factores como la melodía o la armonía y no tanto el timbre o la claridad del sonido, ya que eso viene después.

La composición la puede realizar el propio productor, lo cual lo convertirá en compositor de la obra. También puede recibir la composición del artista para el que está trabajando y simplemente reflejarla en el programa. Por último, quizá sea posible que colabore a medias con el artista en la composición del tema. En cualquier caso, si la canción está destinada a venderse bajo el nombre de otra estrella, no se le dará crédito al productor y estaríamos hablando de la famosa figura del ghost producer, del cual hablaremos en otro artículo.

Es muy recomendable que en esta fase plasmemos nuestra canción en base a los instrumentos que tengamos en mente utilizar más tarde. Es decir, aunque en el secuenciador utilicemos cualquier sintetizador sencillo que nos ayude a representar la idea, cada parte de la composición tiene que estar pensada para un instrumento determinado o para un secuenciador con un efecto bien definido.

No hay que olvidar que es en este momento cuando el productor puede estimar el presupuesto en base a los costes de grabación e inversión en librerías de sonido para utilizar en la canción.

GRABACIÓN

Una vez tenemos listo lo anterior, es hora de grabar las voces y los instrumentos, ya sean acústicos o eléctricos, así como cualquier otro sonido que nos interese incluir en el proyecto.

Aquí la clave está en conseguir un sonido limpio, con las características que queremos, para evitar retrasos y así no tener que retroceder hasta este punto. Es recomendable realizar tantas grabaciones como sea posible. De esta manera podemos utilizar partes de unas y de otras en el caso de que no nos convenza ninguna en su totalidad. Es muy importante, además, que el productor guíe a los músicos y cantantes para que interpreten su parte tal y como se desea. Con ello conseguiremos el resultado que estamos buscando.

Los productores profesionales utilizan estudios perfectamente aislados y con herramientas tales como micrófonos o mesas de sonido de muy buena calidad. Pero si eres un productor novel, no te desanimes, todos han empezado grabando en el cuarto de su casa con un micrófono barato y una pequeña tarjeta de sonido. Si te enfrentas a esa situación y eres capaz de salir airoso de ella, en el futuro cuando grabes en un estudio profesional será coser y cantar.

EDICIÓN

Ha llegado ya la hora de editar nuestra composición para que suene como realmente queremos. Esta etapa es crucial para conseguir esos sonidos que teníamos en mente. Para ello, tendremos que sustituir cada parte de la composición básica que hemos creado por su instrumento, voz o sintetizador correspondiente.

En esta fase tendremos que prestar especial atención a la calidad de las grabaciones en conjunto dentro del tema y comprobar si funcionan tal y como nosotros habíamos previsto.

Hasta aquí quizá podamos hablar de la parte más creativa dentro de la producción musical. En los siguientes pasos veremos unos procesos más técnicos que no todo el mundo es capaz de dominar tan fácilmente.

MEZCLA

Esta etapa está muy relacionada con la anterior. Aunque la mayoría de las veces se superpongan la una y la otra, queremos separarlas dentro de este listado teórico para que quede claro en qué consiste cada una.

Durante la mezcla, el productor tiene que conseguir un sonido equilibrado entre todas las partes de la obra. Esto se logra gracias a la ecualización, es decir, dar prioridad a unas frecuencias o a otras para cada una de las pistas dentro de la canción. Este proceso nos permite limpiar el sonido mediante la eliminación de frecuencias que no nos son útiles. Por ejemplo, para un sonido en el que predomina la frecuencia aguda puede resultar importante eliminarle la frecuencia grave, que no aporta nada a la canción, y así dejar libre esa franja a otro sonido en el que predominen los graves (por ejemplo el kick o el subgrave).

Además de darle más importancia a una frecuencia determinada a cada sonido, en esta fase el volumen también tiene un papel clave. Hay que saber qué sonidos queremos que tengan un mayor peso dentro de la canción. Le tendremos que dar más volumen a unos en detrimento de otros para que el tema tenga equilibrio.

La mezcla es una fase compleja y que no todo el mundo domina de forma adecuada. Es por ello que muchos productores noveles deciden acudir a empresas especializadas en este servicio para que sus temas suenen realmente bien. No importa lo buena que sea la composición, la melodía, los instrumentos, los sintetizadores ni nada de lo que hayas incluido en tu proyecto si la mezcla no es buena, al final el tema sonará mal. Es por ello que mucha gente cree que llevar a cabo bien este proceso supone un alto porcentaje en el éxito de tu canción.

MASTERIZACIÓN

La masterización es la fase final. Se trata de exportar adecuadamente el proyecto con las características ya seleccionadas para cada una de sus sonidos.

La exportación puede hacerse con diversas calidades en base a la plataforma a la que vaya dirigido el producto final. No obstante, hay que tener en cuenta que muchos productores exportan el tema para luego abrirlo de nuevo en el secuenciador como una única pista de audio. De esta forma, aún se pueden dar pequeñas pinceladas y retoques mediante la ecualización y la mezcla.

Aquí, al igual que en la fase anterior, cada productor tiene sus trucos y sistemas para conseguir lo que buscan. Ahora es cuestión de que tú practiques y encuentres los tuyos.

Como ves, son muchos los detalles que tiene que controlar un productor musical. Quizá no todo es tan sencillo como te lo imaginabas, pero si de verdad te apasiona crear música, estos detalles no supondrán un problema para ti. Los superarás fácilmente con esfuerzo y echándole muchas horas. Ya sabes el refrán, «el que algo quiere, algo le cuesta»

¡Buen Ritmo!


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